Cuarto mes del año y esto ha andado flojo. Primeramente y después de estar unos meses inactivo en la cuestión del hueso semanal, me incorpore a la banda Los Perros con quienes estuve tocando poco más del mes en el Diablo Verde.
Pintaba bien ya que después de mi primer día me llevaron a tocar a una fiesta a Neza, no me imagine que regresaría tan pronto y bueno, la experiencia con ellos fue efímera pero algunas cosas fueron reveladas, como aquello de que si la intención es ser músico de bar es necesario contar dentro del repertorio personal con algo de Pop y hasta versátil si es posible.
Así que tuve que aplicarme a montar a la brevedad rolas de Alejandra Guzmán, Mana, Jesse y Joy, por mencionar algunos. Aparte de unas más de rock como Mago de Oz (la segunda que saco, ya que la primera fue con Los Chilpas en algo que resulto infructuoso), Ska P, Héroes del Silencio, etc.
Pero eso no fue lo único, otra de las revelaciones fue la prioridad de contar con un transporte propio ya que únicamente de taxis se me iba el 65% por ciento de la ganancia y es que los del estado de México salen más cariñosos que los del defectuoso.
El contar con transporte es necesario y sobre todo si se tiene que mover el equipo. Cuando estaba con Los Dicks en el Rinkón, no había necesidad de ello ya que el amplificador se encontraba allí por lo que solo tenía que cargar con mi adorado (y ya un poco traqueteado) Álvarez rojo. El transporte de regreso no me salia tan caro y quedaba algo para mi.
Aquí hay solo de dos sopas mientras me hago de un transporte para moverme con mis cosas: una seria conseguir un bar en donde no haya necesidad de cargar con mi Wall E ó conseguir algo más cerca de mi nuevo hogar.
Fue poco el tiempo, aunque como siempre quedo abierta la posibilidad de que si llegaba a salir algo podían comunicarse conmigo. Se engrosa el curriculum musical el cual por cierto debo actualizar y en esta ocasión tuve la fortuna de compartir el rock con Jeovanne que aparte de ser guitarrista en Los Perros tiene su proyecto alterno de música pop Lulavox y con Mario Skamilla que es baterista de la banda Lybydo.
La última revelación fue la afinación a 432 hertzios la cual es el punto de balance sónico con la naturaleza y que es con la que ellos trabajan. De que se noto un cambio al momento de tocar, así sucedió y quisiera poder explicarlo de una mejor forma pero solo puedo decir que me sentía mas ligero.
Esperemos salga algo a la brevedad y por lo pronto a sacar a Undercover del atolladero en el cual se haya inmerso, y que le ha impedido retomar el camino. Así como comenzar este nuevo episodio llamado Cuarto de Azotea del cual ya comentare posteriormente en otro post.
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