La lluvia nubla mi vista
y a lo lejos la veo venir
he decidido andar mis pasos
a la mitad de la calzada.
La luz amarillenta de los postes
es tenue y en algunos ya casi
ni alumbra, bajo esta escena
resulta absurdo encender
un cigarrillo.
Mejor beso la boca
de la botella cuyo contenido
resbala por mi garganta
quemando un poco mi interior.
No hay ruido, solo el de las gotas
que caen sin parar y se sumergen
en mis cabellos y en mis ropas
ahuyentando el calor que aun queda.
No puedo ver bien
solo distingo una forma delicada
envuelta en telas blancas
completamente empapadas.
Un escalofrió recorre
mi espalda y es necesario
volver a sentir el liquido
rasgar mis entrañas.
Un trueno ilumina
el vacío de la calle
cada vez mas cerca
y no puedo ver bien.
Es extraño no pasa nadie
y la ausencia de movimiento
me hace pensar que estoy
en esa otra realidad.
Miro de frente y es ella
la que alimento la pasión
que me mantuvo meses
y días en espera sin obtener
la deseada respuesta.
Intento asirla
cubrirla con mis brazos
y en un intento desesperado
renacer el calor de la esperanza.
Un nuevo trueno
parte el cielo y el estruendo
me hace cerrar los ojos
y apretar con fuerza.
Reacciono y la lluvia
sigue tocándome
no hay nadie aquí,
solo a la mitad de
la calzada.
Ha sido ella
Una aparición,
Un sueño,
Una ilusión,
Un incierto.
***
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