La lluvia golpea el cristal
mientras observo a través de el
es domingo por la tarde
el día amaneció gris y hace fresco
desde la mañana.
El sol tímidamente se deja ver
y un dolor profundo de garganta
acompañado de resaca
me recuerdan la noche de ayer.
Bebimos como nunca
y nos excedimos como siempre
la complicidad de la noche
fiel testigo de nuestras juergas.
Y mientras mas alcohol
vertía en mi interior
desde el fondo de mi alma
surgía su presencia.
Quise evitarla
con el sabor de otros labios
con un calor nada ajeno
hice frente a sus embates.
Pero nada resulto
y en un acto inconsciente
pronuncie su nombre
que mato la pasión.
Reí y baile
fingiendo una felicidad
que nomás no existe,
ellos brindaron conmigo.
Al final un dejo amargo
la mirada enrojecida
como el rojo fuego
y un penetrante olor
a tabaco en mis ropas.
En la mano un papel
con las iniciales
de la enfermedad
que aun padezco.
***
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